top of page
Retraidos y experimentados.png
Audio Cristian GuerreroCristian Guerrero
00:00 / 03:43

En una sociedad sobresexualizada donde el cuerpo es reconocido como un objeto de deseo ante una estética impuesta, no hay lugar a todos los cuerpos y se erige una lucha social y cultural de mujeres y hombres por reconocerse como cuerpos únicos y apostándole a nuevas construcciones del cuerpo. En este panorama, comienzo a explorar y generar con la fotografía un acercamiento hacia la fototerapia con personas con tendencias sexuales diversas, generando un dialogo unívoco y privado entre el fotógrafo y el retratado: esta es una exploración estética que conlleva a la sanación por medio del auto reconocimiento a través de la imagen, explorando y creando métodos para reflexionar sobre el cuerpo, con apoyo de la fotografía.

Este proceso tiene dos etapas, en la primera se encuentran los retraídos experimentados. En la instancia exploratoria de retraídos se parte por entender como el cuerpo se retrae a partir de ciertas condiciones físicas y sociales ligadas al territorio habitado, enmarcado en las dinámicas de violencia de género (económicas, políticas y socioculturales), sobre el cual un cuerpo es retraído por una sociedad de consumo que depreda a quien no entra en los cánones estéticos y sociales, generando así un cuerpo dolido y frágil. Al exponernos, la imagen provoca temor a cómo me reconoce la otredad, generando diversas tensiones en el momento de mostrarnos a través de las fotografías. Se produce un conflicto interno donde nos cuestionamos la forma en que nos observa el otro, contrarrestada con la forma en que nos vemos a nosotros mismos. Es en ese instante en el que hacemos un dialogo interno y un proceso reflexivo donde construimos un auto-concepto, a partir de una imagen que expresa un alter ego, o un yo no conocido. Por otra parte, el dialogo con el retratista permite liberar temores, puesto que el fotógrafo cumple la función de la otredad que esta vez, no se limita a un rechazo estético a partir de cánones publicitarios, por el contrario, dignifica la estética de la persona retratada. Como resultado el cuerpo retratado encuentra una aceptación a su cuerpo y en su identidad propia... una identidad no impuesta bajo la voz de su entorno.

En la segunda etapa nos encontramos con un cuerpo experimentado, en el que luego del proceso previo de reflexión interna, ahora busca una reconciliación consigo mismo, sanar y perdonarse a sí mismo para reconocerse como un cuerpo armonioso, erótico y aceptado, primero para sí mismo y luego por la otredad. Este ida y vuelta sobre uno mismo y sobre el otro, permite entender que el reconocimiento propio se da en contacto con la otredad, para entender las diversidades y multiplicidades corporales existentes, siendo cada una de ellas particulares y hermosas en sí mismas. 

Reconocer el cuerpo de esta manera, permite verlo como un primer territorio, el cual habito en mi día a día para relacionarme con otros territorios corporales y así mismo con el territorio físico, simbólico e histórico en el que vivo. Como cualquier territorio, tiene consigo luchas y contradicciones que se ven reflejadas en las formas en la que me posiciono sobre lo que acontece en el día a día. Desde la fotografía entendí, que la primera disputa debe ser la propia, nuestros cuerpos necesitan habitarse desde el reconocimiento propio, para poder habitar e incidir en los demás.

  • alt.text.label.Instagram
  • alt.text.label.Facebook
bottom of page